lunes, agosto 26, 2013

Bang

Ya no tengo nada que demostrar. Soy un ave rapaz que sobrevuela una década mugrienta, que intenta resucitar edades doradas de carton piedra. Huele a plástico y lejía en los pasillos de la memoria colectiva. Y las miradas de la gente ya no están perdidas, si no quietas, muertas. En la era del Rock'n roll había rebeldía. Ahora hay rebeliones controladas en silos de la revolución, asépticas, cristalinas, inocentes pero cansadas. Ahora ya no sé que leer para no alienarme más. No me fío de nadie por si no es de fiar. No escucho música para no ensuciarme los oídos. Los conocidos no me aman y no suelo amar a desconocidos. Vendo mi cuerpo por dinero a cambio de delgadez y agonía. Melancolía, desesperación y decepción. Abro los ojos cada mediodía con la esperanza de no despertar. Realizo funambulismo entre la muerte y la locura.

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