domingo, noviembre 06, 2011
Días, minutos y segundos... no queda más.
Es cuando mi gata se vuelve corpórea entre cables y aparatos electrónicos cuando me doy cuenta de que he alcanzado de nuevo el nivel de la realidad onírica infinita. Cuando surgen palabras mágicas de entre las grietas de mi cráneo al derretirse mi cerebro.
Cómo te siglo queriendo.
Cómo asomaste tu cara de sonriente mirada
tras la puerta entreabierta como una cría leopardo escondida.
Cómo me arropas desde la lejanía con un gesto inocente.
Cómo me curas y me cuidas.
Mándame carpas doradas nadando entre siglas y gestos dramáticos.
Cómo me miras entre estas cuatro aristas carcelarias.
Como cuando te baña la luz...
...como cuando te engaña la ropa.
¿Cómo, cuando te vas a dormir, te voy a servir de almohada?
¡Cómo te siglo esperando!
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