jueves, septiembre 29, 2011
E 0133 CHH
Cada amanecer...
A lo lejos veo a los titanes de hierro desfilar.
El lucero me saluda, como dandome la bienvenida.
Las siluetas de fantasmas, ánimas crepusculares.
Antorchas eléctricas.
Caballos de vapor y gasolina.
Muecas que disimulan entre dolor y agonía.
Millones de piernas aguantando no salir a correr.
Arterias que se llenan y vacían
y sufren infartos de multitud.
Y la válvula del centro de este motor
se colapsa entre columnas de humo.
En las mañanas aparecen torrentes de esperma
deseando llegar primeros al óvulo de la ciudad.
A la hora de cerrar la noche hay un éxodo
de caras cansadas y espíritus vacíos.
Y durante horas en sus campos de concentración.
Mullendo a pico y pala su colchon.
Elixires del falso bienestar.
Baterías recargables.
Ruido, ruido atronador.
¡Ay, si aprendieramos a comer papel!
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