viernes, agosto 12, 2011

Ratas

No es por fanfarronear...
sólo se trata de una conclusión.




Me he manchado las manos
con los restos derretidos
del bruto de un manjar humano.

He servido, despuntando el alba
dosis y dosis, día tras día,
de droga que mecaniza el alma.

He participado en la censura,
en el engaño y en la estafa.
He vendido mi cuerpo por dinero.

He lanzado a la basura,
bolsas rebosantes y pesadas
del elemento de la comunicación.

He extorsionado con sutiles tácticas.
Y he jugado, con buenísimos resultados,
al arte milenario de probar a ser Dios.

Me he manipulado con obscenas prácticas.
Y he obedecido a la voz de los dictados.
Por eso mismo sé, que tampoco tengo perdón.




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